domingo, 25 de enero de 2009

LOS MONASTERIOS MEDIEVALES Y LA CONSERVACIÓN Y TRANSMISIÓN DEL SABER: EL SCRIPTORIUM


A lo largo de la Edad Media, los monasterios se convirtieron en focos de cultura. La importancia de un centro monástico era directamente proporcional con la calidad y la cantidad de los libros que se copiaban y de los fondos de su biblioteca, que se convertían así en el más preciado tesoro (Si alguno se lleva este libro, que lo pague con la muerte, que se fría en una sartén, que lo ataquen la epilepsia y las fiebres; que lo descoyunten en la rueda y lo cuelguen [anotación al final de un códice medieval]).

El copista, habitualmente monje, era el encargado de reproducir los libros, copiándolos en una sala próxima a la biblioteca llamada scriptorium. Un copista experimentado era capaz de escribir del orden de dos a tres folios por día. Una obra completa era trabajo de varios meses, así que podemos hacernos una idea del arduo trabajo que significaba copiar un ejemplar. Ello hace referencia únicamente al trabajo de escritura pues posteriormente entraban en juego los iluminadores, que eran los encargados de dibujar miniaturas e ilustraciones del libro, en cada uno de los espacios dejados en blanco por el copista.

Las principales herramientas que utilizaba el copista eran: penna (pluma), rasorium (raspador), atramentum (tinta) y pigmenta (colores para iluminar).

Con la mano derecha, el copista sujetaba la penna y con la izquiera el rasorium, que le servía tanto como para corregir los errores en la escritura como para acabar de alisar las irregularidades del pergamino.

Gracias al trabajo de esos artistas, muchos de ellos anónimos, la humanidad dispone de verdaderas joyas que han perdurado y perdurarán a lo largo de los siglos.

Para poder haceros una idea más clara de cómo eran los scriptoria medievales y cómo trabajaban en ellos los monjes, ved el siguiente fragmento de la película El nombre de la rosa (basada en la novela homónima de Umberto Eco) en la que hay una recreación muy buena de éstos.

13 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo primero me ha sorprendido la anotación del códice medieval porque me parece muy exagerada y esto demuestra el valor de esos libros.Destacar la importancia de los monasterios en la cultura.Y el trabajo laborioso y paciente que suponía copiar un libro por parte de los monjes, llamados amanuenses y también el trabajo de los iluminadores en esas bellas miniaturas que decoraban los manuscritos.Y por lo que he podido ver el scriptorium era una sala amueblada con mesas de plano inclinado y al lado un atril donde estaba apoyado el códice en el que estaban trabajando.Y era necesario riguroso silencio para llevar el trabajo con eficacia,lo que lo hacía más pesado aún.
Raquel Gómez

Daniel González Díaz dijo...

Me parece increíble el trabajo que realizaban los amanuenses y el posterior de los iluminadores. La recreación del scriptorium esta muy lograda (aunque la escena esté en inglés)y no entiendo cómo pueden dar tanta importancia a los libros cuando la mayor parte de la población no sabe ni leer ni escribir, ni tienen acceso a su aprendizaje.

Por otra parte, me resulta extraño que se empieze a escribir textos en lengua romance pasados incluso siglos, teniendo en cuenta que ya se hablaban estas lenguas mucho antes. Por cierto profe, ¿por qué las glosas se llaman "emilianas"?

Anónimo dijo...

Pues sí, vaya con la anotación códice medieval de que : "si se llevan el libro que lo pague con la muerte" un poco más y daba miedo hasta leerlo, jeje, y los copistas, esos si que trabajan, acabar una obra en varios meses.
Pero los iluminadores tampoco se quedan atrás porque para hacer esos dibujos se tiene que dibujar bastante bien.
Y el scriptorium si que es grande, en el video sale como los copistas casi escriben verticalmente.

LUCAS MONTES JAIMEZ

Anónimo dijo...

la verdad es que ahora las glosas nos resultan muy utiles pero en aquella época no se muy bien para que les servia porque seguramente los que accedian a los libros y podian leerlos eran los monjesy ellos supuestamente debian saber latín. La anotación del codice a mi tambien me ha impresionado y me ha parecido muy sádica. Lo unico que no he podido ver es el video que no me sale. ¿hay alguna otra página donde se pueda ver?
Ariadne

Anónimo dijo...

Vaya trabajo que tenía los monjes en esa epoca, si que era díficil el trabajo de copista , que un monje profesional haga cada día dos o tres hojas, entonces los nuevos monjes que entraban al scriptorium tardarian días en hacer una hoja, ademas tardaban en unos meses en acabar un libro,y los iluminadores si que era gente que sabían dibujar ya que hacer esos dibujos son dificiles y la pena que daban a las personas si robaban uno o varios libros (Si alguno se lleva este libro, que lo pague con la muerte, que se fría en una sartén, que lo ataquen la epilepsia y las fiebres; que lo descoyunten en la rueda y lo cuelguen ) , y según el video los monjes no se podían reir, diciendo que la risa era del diablo

Anónimo dijo...

Jazmina se me olvidó poner el nombre en el comentaraio por eso hago este
Said Atrahouch

Anónimo dijo...

Bueno me he tenido que leer el texto dos veces para poder hacer un resumen mas o menos en condiciones porque...pf!jajaja
Que me ha sorprendido bastante lo de la anotación, y por lo que entiendo decían eso para no robarlos...no? El trabajo de copista debería de ser muy duro aunque pienso que dos o tres folios no son tantos para un día entero...aunque también habría que estar en su lugar jeje. También pienso que los iluminadores no tenían un trabajo nada fácil, lo cual hacer esos dibujos no es hacer ninguna tontería. Me ha llamado también bastante la atención lo que aparece en el video de que no pueden entrar en la biblioteca, ¿entonces para qué tenían ahí los libros si solo podían entrar dos personas?, y que digan que reírse en cosa del diablo no me parece normal, si no contigo en clase imagínate profe... jajajaja bueno aquí tienes mi resumen y mi opinión.
María Lucía.

Anónimo dijo...

Como pueden hacer tres paginas diarias con esa letra tan buena, ¿no se cansaban? Y los dibujos también los hacían ellos mismos
¿y cuando comían? Y si se les rompía la hoja tenían que repetirla ¿no?
Aunque su trabajo es reconocido ahora. o no... Una cosa mas les pagaban de alguna forma por hacer eso ¿no? Y bien. Con el merito que tiene.
Manuel Alcazar Gimenez 3ºA

Anónimo dijo...

Hola.
Primero: menos mal que hemos inventado la imprenta.
Increíble que estuviesen tanto tiempo allí (yo que no aguanto ni seis horas sentado) solo para hacer dos o tres hojas al día, que aburrimiento, escribir, escribir y escribir.
Por otro lado son flipantes los dibujos de los iluminadores, preciosos. También a ver a que listo se le ocurría robar uno de esos libros, jeje. Bueno adiós profe.
Daniel Rihuete

Teodor Blaga dijo...

Me ha parecido un trabajo muy difícil y de mucha paciencia el de los copistas.Tenían mucha agilidad con las manos, para poder escribir y si fallaban, borrarlo y así siempre.Reglas muy estrictas( no poder reirse ni entrar en la biblioteca, salvo dos).Y me ha llamado la atención cuando robaban un libro.... que ¨yuyu¨.

Teodor Blaga

Vasilica dijo...

Me parece muy interesante el avance de scriptorium. Los monjes se esforzaron muchísimo para poder copiar un libro. Pienso que ese trabajo era bastante dificil ya que tenían que estar muy atentos a la hora de escribir cualquier palabra, y aparte tener en una mano una pluma y en la otra algo para borrar, los error que pueden cometer, es un trabajo muy difícil y se necesita mucha concentración. Supongo que para ellos cuando inventaron la imprenta todo fue muchísimo más fácil.

Olga rentero dijo...

Me parece muy difícil el trabajo de los monjes. Tienen que fijarse muy bien en lo que ponen para no equivocarse. me parece increible la evolución..

Joselin Velez dijo...

La verdad es que la vida de un copista era realmente dura, ya que este tenia que escribir los libros y como herramientas solo tenían una pluma y tinta.
Y el trabajo de los iluminadores me parece interesante ya que decoraban y daban vida al texto con dibujos muy pequeños y coloridos.
Me sorprende lo estrictos que eran, menos mal que inventaron la imprenta porque¡no me quiero imaginar como estudiaríamos!